Intervención en el Encuentro Internacional Feminista

Intervención en el Encuentro Internacional Feminista

Argentina cumple este año, cuarenta años de democracia.

Estamos todos fascinados con “Argentina 1985” y la fuimos a ver y lloramos todos. La historia que cuenta la película es absolutamente real, pero después de ese juicio y de que los dictadores fueron a prisión, los dictadores fueron liberados y volvieron a las calles, y tuvimos la noche oscura en la Argentina cuando salieron a la calle, y éramos muy poquitos en las plazas en ese momento, porque los procesos colectivos son así, a veces se avanza, a veces se retrocede. Y efectivamente esos dos muchachos, varones, guapos, llevaron adelante esa historia, pero la verdad es que los dictadores terminaron presos porque un grupo de mujeres y de viejas se pusieron un pañuelo.

Un grupo de mujeres y de viejas, cuando el mundo iba en otra dirección, cuando nada estaba permitido, cuando teníamos prohibido leer Mafalda, cuando mataban a nuestros compatriotas, cuando había campos de concentración, cuando nacían pibes en los campos de concentración, cuando no se podía salir a la calle, cuando en el Obelisco había un cartel que decía “El Silencio es Salud”, y los argentinos y las argentinas permanecían en silencio, un grupo de mujeres dejaron a los maridos en la cocina y se fueron a la Plaza de Mayo, se pusieron un pañuelo e hicieron que el mundo siga girando, hicieron que hoy Argentina sea más justa y después de cuarenta años tengamos todavía democracia, que en aquel momento era absolutamente una utopía. Lo hicieron porque persistieron, porque cuando los dictadores fueron liberados siguieron en la plaza. A veces las plazas están llenas, a veces las plazas están vacías, lo importante es no estar nunca en la plaza equivocada, estar siempre en la plaza donde se está gestando el futuro.

 

Ese pañuelo blanco nos marcó, somos las hijas de las viejas locas del pañuelo blanco, ahora además nos toca ser las hijas de las pibas locas del pañuelo verde. Estamos ahí, en ese mundo de pañuelos, sumando a las viejas con su pañuelo plateado, porque las canas también son políticas. Estamos entrelazando mundos, sepamos que nosotras somos las ancestras de las que vienen, llevamos en nosotras la memoria del futuro, y entonces cada día y en cada momento podemos definir qué memoria queremos ser, qué muesca en la pared queremos dejar, y yo elijo y nosotras elegimos ser la chispa que encienda la antorcha de una piba que en algún futuro, en cualquier lugar del planeta, se plante a pelear por otro derecho.

 

Intervención en el Encuentro Internacional Feminista, 24 de febrero 2023, Madrid.

 



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