Llegar a la tercera edad siendo jóvenes

Llegar a la tercera edad siendo jóvenes

Gabriela Cerruti escribe reflexiones acerca de toda una generación que llega a la vejez. Proyectos, expectativas y políticas públicas.

¿Cuánto tiempo somos jóvenes, cuánto tiempo somos niños, cuánto tiempo somos adolescentes? Bueno, viejos vamos a ser treinta, cuarenta años. ¿Alguien está pensando cómo vamos a hacer para ser felices esos treinta o cuarenta años?”.

Gabriela Cerruti es periodista, docente, escritora, madre y también diputada nacional. «No somos viejas, sino que la sociedad nos ve viejas» y aporta que la edad es una condición social y política. Que es necesario cambiar el paradigma que nos lleva a pensar la vejez, como etapa para «esperar a la muerte». En su libro «La Revolución de las viejas» cuestiona los modelos de vida vigentes para personas de tercera edad.

Yo lo que quiero son políticas que pensemos para la vejez, para nosotras, para las que vamos a ser viejas dentro de muy poquito, con las que empecemos a pensar cómo hacemos para ser felices esos años que nos quedan. Y para eso hay que pensar lugares de encuentro, lugares de salidas; hay que pensar de qué manera nos vamos a convertir en aquello que quisimos ser toda la vida, porque además somos de una generación que llega a la vejez con una cantidad de expectativas y de sueños”.

La revolución de las viejas de Gabriela Cerrutti
Gabriela Cerrutti reflexiona sobre la tercera edad.

Su libro nace y también se complementa, a partir de una reflexión que la diputada realizó en Instagram allá por enero de 2020: «Hay que hacer la revolución de las viejas porque ésa va a ser la parte más larga de la vida». Ese texto iba acompañado de un video donde la autora habla mientras se pone crema en la cara. “Yo cumplí cincuenta y cuatro, estoy bien, ponele, o sea. Me levanto a la mañana más arrugada. Tengo algunos dolores de rodillas, estoy menopáusica… bah, ya pasé menopausia. Tomo calcio. Tengo cincuenta y cuatro: esto significa que dentro de ¿cuánto, de seis? Voy a pasar a ser lo que se considera en la sociedad una adulta mayor. Diciéndolo claramente y pronto, lo que voy a pasar a ser es una vieja ¿Okey?

 

La revolución de las viejas, es un libro para desandar y reflexionar, porque va al punto del asunto y habla sobre aquello que posponemos, al momento de la vida que no queremos llegar pero nadie se cuestiona el por qué: “Ese día me miré al espejo y ya no estaba. Me había vuelto invisible. Irrelevante […] El mundo estaba hecho para los que corrían apurados. Y yo caminaba lento. Todo era una gran invitación a no molestar. A sentarme a mirar por la ventana y esperar el final. Pero era el principio […] Entonces cuando uno empieza a pensar que cada vez que oímos hablar de viejas en la televisión, en lo público, aun en las políticas públicas, de lo que oímos hablar es de jubilación, de plata, de remedios. Yo creo que voy a vivir treinta años más, ojalá”.

«¿Por qué no empezamos a pensar también que hay una enorme, enorme cantidad de todas mujeres, de todas nosotras, que ya vamos a ser viejas, que en muchos casos vamos a estar solas porque los hijos se fueron o porque decidimos no tener hijos, porque somos de la generación que decidió no tener hijos, vivir solas, no tener un marido? Bueno, ¿cómo viene la vida para todas nosotras? Yo creo que está buenísimo todo lo que estamos haciendo de acompañar la revolución de las pibas, pero que estaría muchísimo mejor si somos capaces pronto de empezar a armar la Revolución de las Viejas«.

¿Por qué nos seguimos organizando socialmente como si viviéramos todavía, a principios del siglo pasado? ¿Por qué la vejez no tiene valor? ¿Por qué socialmente las viejas no somos consideradas? ¿Cómo hay que pensar las políticas públicas pero también todo el sistema en general? Cerutti reflexiona, habla de los derechos de la vejez, propone una salida, como también entrecruza este libro escrito en 2020, iniciada la pandemia del COVID-19. Reflexiones sobre la calidad de vida, los proyectos y todas las metas que aún necesariemente se tienen que cumplir. Porque hace falta un cambio de conciencia, una valorización de la etapa más larga de la vida.



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